Creo que es la primera pregunta que hay que hacerse antes de elegir
un tratamiento para la piel. Cada piel es única, por lo que un producto
que puede ser adecuado para una persona puede no serlo para otra.
¿Qué producto necesita mi
piel? ¿Qué producto me gusta?
Tiene que haber un ten con ten,
tenemos que elegir un producto adaptado a nuestra piel pero que a la vez nos
guste y nos resulte agradable su aplicación, su textura, su olor... De lo contrario ¡no lo usaremos! También tenemos
que tener en cuenta que nuestra piel no
es siempre igual, y por tanto, los cuidados que necesite serán distintos.
Por último no hay que olvidarse de nosotr@s
mism@s, cuánto tiempo dedicamos a mimar nuestra piel y si somos constantes
o no.
Como en esta vida todo se entiende mejor con un ejemplo, os voy a explicar
qué tipo de piel tengo y cuáles son mis cuidados. Me parece una buena forma
para “presentar” mi piel y para que os vayáis familiarizando con el tipo de
productos que utilizo.
¿Cómo es mi piel?
Mi piel es complicada. Siempre la he tenido grasa, de hecho tuve muchos problemas de acné en la adolescencia.
Ahora mi piel es más bien mixta que grasa, con algún que otro granito pero de manera muy puntual. No sé si será consecuencia de todos los tratamientos anti-acné que llevé pero mi piel es muy sensible
y reactiva, se irrita fácilmente y tiene tendencia a las rojeces y a la deshidratación. Además sufro dermatitis seborreica, tanto en la cara como en el cuero cabelludo.
Por todos estos motivos es muy importante que me cuide porque en el momento
que no lo hago mi piel “reacciona”.
Mis cuidados básicos del rostro:
- Limpieza.
Para una piel tan sensible como la mía tenemos que tener cuidado con los limpiadores en jabón. Son más agresivos y muchas veces limpian en exceso, llevándose parte del manto ácido protector de la piel. A mí me gusta mucho la sensación de limpieza con agua, pero mi piel no tolera muy bien este tipo de productos. Los busco que sean específicos para pieles sensibles y problemáticas y aún así no puedo utilizarlos de forma continuada y los alterno con otros productos que permiten una limpieza más suave:
Para una piel tan sensible como la mía tenemos que tener cuidado con los limpiadores en jabón. Son más agresivos y muchas veces limpian en exceso, llevándose parte del manto ácido protector de la piel. A mí me gusta mucho la sensación de limpieza con agua, pero mi piel no tolera muy bien este tipo de productos. Los busco que sean específicos para pieles sensibles y problemáticas y aún así no puedo utilizarlos de forma continuada y los alterno con otros productos que permiten una limpieza más suave:
Soluciones micelares. Se aplican con algodón, muy sencillas de utilizar, sin aclarado. Me parecen perfectas para limpiar la piel por la mañana, para desmaquillar y para una limpieza rápida durante el día.
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Solución micelar ojos y pieles sensibles, gama Pureté Thermale, VICHY. |
Limpiadores en leche o crema. Los primeros más ligeros, los segundos pueden resultar demasiado pesados, he aquí la preferencia de texturas y el tipo de piel. Ambos se aplican mediante un masaje en círculos y se retiran con algodón o un tissue o simplemente con agua tibia. A mí me gusta más en leche al ser más fluido, su aplicación es mucho más cómoda, desliza estupendamente en la piel y se retira muy bien. Para eliminar los restos podemos utilizar una loción tónica o agua termal en vaporizador, incluso la solución micelar, potenciando mucho más la limpieza.
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Leche desmaquillante frescor, pieles normales-mixtas, gama Pureté Thermale, VICHY. |
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Textura muy fluida. |
Para la zona de los ojos recomiendo utilizar SIEMPRE un producto específico.
- Hidratación.
Este punto de cuidados del rostro sin lugar a duda es el más personal. Además, depende totalmente de la estación del año y del ambiente donde vivimos (seco o húmedo). Mientras que la rutina de limpieza es más o menos igual siempre, la hidratación es más cambiante. Siempre ando probando nuevos productos y nunca encuentro el perfecto para mi piel. Como norma general, suelo utilizar de día una crema más ligera que lleve algún componente que matifique el rostro (por los brillos) y de noche doy un plus de hidratación con una crema más rica que tenga propiedades calmantes y desensibilizantes.
Cuando tengo brotes de dermatitis utilizo productos específicos.
Este punto de cuidados del rostro sin lugar a duda es el más personal. Además, depende totalmente de la estación del año y del ambiente donde vivimos (seco o húmedo). Mientras que la rutina de limpieza es más o menos igual siempre, la hidratación es más cambiante. Siempre ando probando nuevos productos y nunca encuentro el perfecto para mi piel. Como norma general, suelo utilizar de día una crema más ligera que lleve algún componente que matifique el rostro (por los brillos) y de noche doy un plus de hidratación con una crema más rica que tenga propiedades calmantes y desensibilizantes.
Cuando tengo brotes de dermatitis utilizo productos específicos.
Con todo esto sólo quiero que veáis lo importante que
es elegir los productos en función de nuestras necesidades y saber adaptar
nuestros gustos a ellas.
¡Tenemos que escuchar
a nuestra piel!
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